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LA IMPORTACIA DEL CASERÍO LA VEGA DESPUÉS DEL TERREMOTO DE CÚCUTA COLOMBIA

CASERÍO LA VEGA

La panorámica del caserío de La Vega, corresponde a una antigua fotografía, el primer barrio de San José de Cúcuta construido al esfuerzo y espíritu de asociación de los moradores que allí buscaron refugio después de la desbandada de la tragedia ocasionada por el terremoto.

La fotografía nos sirvió de inspiración, para ilustrar la portada de “CITA HISTORICA” y al fondo el majestuoso cerro “TASAJERO” como un hada dormida sobre el césped esmeraldino acariciada por las tardes crepusculares del bello paisaje.

LA VEGA

El nombre de la hacienda de La Vega.— Más tarde refugio de los habitantes de Cúcuta después del terremoto, se llamó antiguamente la hacienda de caña y de cacao que el Padre José Quintero, por allá hacia 1762 según un respetable historiador, (dejó a los regulares de la Compañíade Jesús, que era trapiche con esclavos). La Vega se denominó por estar a orillas del río Pamplonita al sur de la ciudad, formaba parte de las tierras de la heredad del propietario don Vicente A. Galvis lo mismo que otras contiguas, a las extensas tierras de El Resumen, nombre oscuro, insonoro y medio oloroso a didáctica, que, con todos estos defectos, ha triunfado sobre el de antaño, a pesar de que éste (La Vega) cuenta a su favor la antigüedad de la tradición y de la historia y las peculiaridades de la poesía. Según don Luis Febres Cordero.

Pasadas las primeras impresiones de pavor, de angustia y desesperación que la ferocidad del cataclismo dejara en los moradores de Cúcuta, el instinto de conservación de alojamiento y de refugio de las gentes, señaló el sitio de La Vega para la nueva población.

Otros moradores sobrevivientes emigraron hacia el norte, con el designio de buscar en los vehículos fluviales del Zulia rápido transporte a la ciudad de Maracaibo por la vía del Lagc^ Algunos otros tomaron la vía al Táchira Ureña San Antonio, Rubio y San Cristóbal, regiones que también habían sido azotadas por el terremoto y por las violentas convulsiones sísmicas.

LA VEGA. Quizá la provocante despoblación de esos contornos, la vecindad del agua, la frondosa arboleda, el despejado horizonte, todo eso fue tenido en cuenta por el instinto colectivo para elegirlo con propiedad y servidumbre, a orillas del rio, como un pintoresco oasis, libre de polvo y del pesado ambiente de desolación y mortandad que allá abajo emergía dentro de los lúgubres escombros de la ciudad destruida.

Cuenta don Luis Febres Cordero, “que cuando el Presidente del Estado de Santander, en cumplimiento de altísimos deberes de filantropía civil, visitaba las ruinas de Cúcuta, ya encontró en La Vega blancos y ligeros edificios de lienzo y de lona, agrupados unos en la lona y otros en el valle, toldos, carpas, barracas e improvisadas tiendas, que hacían y daban impresión del portátil campamento israelita en el desierto”.

Aquí dio cumplimiento a sus diligencias de funcionario y su visita el Presidente del Estado Soberano de Santander, y constituyó un signo de consolación para todos los atribulados moradores improvisados en los terrenos de La Vega.

La presencia del más alto representante del Estado hacía pensar que el espíritu de la Patria se condolía de la muerte de una de sus más bellas hijas y que los nexos de la nacionalidad se avigoraban con mezcla de orgullo y pesadumbre delante del espectáculo de la desgracia colectiva.

BENEFICIOS DE LA VISITA. Con la visita del Presidente del Estado Soberano, el mismo día expidió un decreto sobre nombramiento de empleados de las Juntas Calificadoras de Auxilios del Departamento de Cúcuta y se puso en comunicación con el Presidente del Estado Táchira de la Unión Venezolana para acordamos sobre el modo de impedir el saqueo de las minas y organizar la prestación de auxilios. En el sitio de La Vega, a inmediaciones del punto en que había existido la ciudad de San José. Me enteré del conocimiento más preciso de las necesidades, me indicó el camino que debía seguir en mis nuevas providencias: organicé la prestación de auxilios y nombré proveedor al filántropo y valeroso ciudadano señor Vicente A. Galvis; fijé el sitio de La Vega, cedido por el mismo señor Galvis, para cabecera provisional del Distrito de San José; establecí una comandancia militar. Ordené la custodia de las ruinas, reglamenté su excavación y nombré una comisión de sanidad; hice que se arroparan con cal los cadáveres que habían quedado ai descubierto; dicté varias providencias de carácter administrativo, y verbalmente di otras órdenes sobre objetos de menos entidad, que no es posible comprender en esta relación. No tuve más tiempo que para visitar las ruinas de San José, El Rosario y San Antonio, a donde fui con el objeto de hacer un cumplido al noble y simpático Jefe de la Frontera, General Bernardo Márquez que tan dignamente se manejó con nosotros en días de prueba y sufrimiénto.

Esta ha sido una descripción de la relación que el Presidente del Estado, refiriéndose a las providencias por él tomadas en los días del terremoto de Cúcuta, presentó a la Asamblea de Santander, reunida en el Socorro a mediados de septiembre de 1875. De aquella Corporación emanó un Proyecto de Ley especial sobre distribución de auxilios a las poblaciones que sufrieron pérdidas por el terremoto del 18 de mayo de 1875, y fomento de su reconstrucción, que circuló en hoja suelta en la ciudad. No sabemos quien fue su autor, ni si la ley alcanzó regulares tramitaciones, pero es lo cierto que el proyecto, inspirado en levantado espíritu de civilidad y de caridad cristiana, se clasifica como de alta y.aún extraña categoría científica, proveyendo minuciosamente a todos los detalles necesarios para la reconstrucción de las poblaciones desaparecidas.

Obra acaso de un jurisconsulto tan notable como humilde, la historia calló su nombre y también las crónicas lo silenciaron, sin que póstero y tardío laurel viniera a coronarlo, por una de esas injusticias tan comunes en el fluctuante movimiento psicológico de los núcleos humanos.

En apoyo de nuestro aserto, nos bastaría citar al acaso los dos artículos públicos.

Artículo 28.* La nueva ciudad de San José de Cúcuta se reedificará en el punto o sitio que ocupaba la antigua población, consultado en cuanto sea posible la misma situación de las plazas y edificios públicos.

Artículo 29.- El Presidente del Estado contratará inmediatamente uno o más ingenieros competentes que cuanto antes ejecuten las siguientes obras: la. Un plano topográfico de la ciudad que ha de reedificarse, calculado como para una población de 25.000 habitantes, con determinación precisa de los puntos correspondientes sobre el terreno y de los puestos que han de ocupar todos los edificios públicos de la ciudad, como son la casa municipal, la Aduana, la cárcel pública, unos templos, cuatro locales para escuelas públicas de ambos sexos, un local para teatro, un cementerio, un local para expendio de carnes, un mercado cubierto, la dirección del acueducto y de los caños matrices, las plazas públicas, el hospital de caridad, etc. y etc., y todo lo demás que disponga el Presidente del Estado; 2a. Los planos correspondientes a cada uno de estos edificios cuya construcción sea mas urgente, los cuales señalara el Poder Ejecutivo, y los presupuestos de gastos de cada uno; 3a. Los planos de las casas municipales y de los locales de escuela que han de reconstruirse en cada una de las otras poblaciones destruidas por el terremoto y que el Poder Ejecutivo designe; 4a. Un plano del acueducto para la ciudad de San José, con ramificaciones, con una exposición sobre las obras de arte y presupuesto de gastos que requiera su ejecución, y 5a. Los presupuestos de gastos de los puentes sobre los ríos Pamplonita y Zulia.

La Vega, que con todo, para el mes de enero de 1876, ya contaba con una pintoresca ermita, templo provisional en donde oró la muchedumbre acobardada, y su respectiva plazuela, a cuyo derredor se celebraron las tradicionales procesiones de la Semana Santa; ya funcionaba allí la aduana, con sus bodegas y depósitos, dos escuelas, varios talleres y establecimientos mercantiles, mercado semanal, además de algunas otras comodidades elementales que iba creando el espíritu de la congregación imperativa.

La Vega lo mismo que otras extensas tierras del Resumen, hoy el “Pórtico” donde están las instalaciones del Acueducto, se fundó el primer colegio después del terremoto, lo fundó la señorita Enriqueta Ferrero, y llevaba el nombre de Colegio “De la Misericordia”.

TRASLADO

De la cabecera del distrito de “La Vega” a Sañ José. Estados Unidos de Colombia.— Estado Soberano de Santander.— Número 84 San José, mayo 15 de 1876.— El Jefe del Departamento de Cúcuta.
Al señor Secretario General. Socorro.
El infrascrito tiene la íntima convicción de que, después del funesto acontecimiento del 18 de mayo de 1875, su primordial deber como jefe de la Administración Pública
en este Departamento o indirectamente en beneficio de la pronta reedificación de estos pueblos, sobre todo de la ciudad de San José de Cúcuta, cuya mayor importancia es indudable y está reconocida por el Gobierno mismo.

Es por esto que, a riesgo de aparecer inoportuno, si se quiere, llamo la atención del poder Ejecutivo hacia la necesidad que hay que desvanecer en los ciudadanos cualquier duda que pueda ocurrirles acerca de que la nueva ciudad de San José de Cúcuta es la cabecera del distrito del mismo nombre, declarada así por el poder Ejecutivo del Estado, y que en consecuencia el caserío de “La Vega” que tuvo tal carácter provisionalmente en virtud de circunstancias extraordinarias, ha perdido esa condición.

Para conseguir tal objeto me parece conveniente, en mi humilde concepto, que se haga publicar en la “GACETA DE SANTANDER” que es el órgano oficial del Estado, el Decreto en que se derogó aquel que designaba dicho caserio como cabecera del distrito y que fue comunicado a esta Jefatura por telegrama oficial.

Me parece por demás, señor Secretario, apoyar la presente manifestación en razones de ningún genero, porque estas fueron aducidas cuando se pidió la derogatoria del decreto aludido y han sido presentadas posteriormente por el suscrito; debiendo suponer por lo mismo que el ciudadano Presidente del Estado está perfectamente convencido de la verdad de lo que he manifestado al Gobierno, en punto a la reedificación de estas localidades y a lo que ellas es conveniente toda vez que esos informes han sido dados por mí como agente del gobierno que está en la imprescindible obligación de exponer simplemente los hechos con entera honradez e imparcialidad, puesto que los intereses que se le han confiado, son de alta importancia.

Suplico al Gobierno se sirva acoger mi indicación y dar publicidad a la presente nota.

Soy de usted, atento servidor,
AGUSTIN YANEZ.

DECRETO

Por el cual se deroga el que establece provisionalmente en “La Vega” la cabecera del distrito de San José.

EL PRESIDENTE DEL ESTADO SOBERANO DE SANTANDER

CONSIDERANDO:

Que ya se ha construido algún caserío en el plano determinado por la ley para cabecera del distrito de San José, y que puede establecerse allí el servicio de la oficina de dicho distrito; y atendiendo a lo que se expresa en el informe del jefe departamental de Cúcuta.

DECRETA

ARTÍCULO ÚNICO. Derógase el Decreto ejecutivo del 31 de mayo de 1875 por el cual se establece en el sitio de “La Vega” la cabecera del distrito de San José de Cúcuta.

Dado en el Socorro, a 18 de mayo de 1876.

FRANCISCO MUÑOZ.- El Secretario General ZOILO VILLAR.

“Esta.copia auténtica” tomada de la GACETA DE SANTANDER número 1030 de fecha 25 de mayo de 1876.— Expedida en Bucaramanga, a los treinta día$ del mes de junio de mil novecientos sesenta y cinco.

JOSE MENDOZA GUARIN
Jefe del Archivo Departamental

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