PRECURSORES Y PERSONAJES DE NUESTRA INDEPENDENCIA / la_casa_del_florero
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Casa Museo del 20 de julio de 1810
"Casa del Florero"
Museo de historia, artes plásticas y decorativas
Fundado el 20 de julio de 1960.
Sus colecciones abarcan 4.000 piezas.
Está ubicado en una casa que data de finales del siglo XVI y principios del
XVII, en estilo árabe andaluz (también denominado mudéjar), típico de las
edificaciones coloniales. Se caracteriza por sus muros blancos y sus puertas,
ventanas, balaustradas y balcones verdes.
Fue construida para el hijo mayor de uno de los fundadores de la capital, el
mariscal Hernán Venegas Carrillo, cuya familia la habitó hasta el siglo XVII,
cuando pasó a ser propiedad del fiscal de la Real Audiencia, Francisco Moreno y
Escandón [1736-1792].
El balcón esquinero, entre la calle 11 y la carrera 7 (denominada en la época
Calle Real del Comercio), fue cedido en el siglo XVII por Sebastián Rodríguez
Trujillo y María de la Oliva a su hija, quien era monja en el monas terio de
Santa Clara, localizado cerca de la casa. Debido a su situación estratégica
sobre la Plaza Mayor (actual Plaza de Bolívar), dicho balcón era alquilado
para presenciar los eventos que en ella se desarrollaban.
Hacia 1810 funcionaban diversos establecimientos en el primer piso de la casa.
El más importante estaba alquilado al comerciante español José González
Llorente. Su enfrentamiento con los criollos Francisco Morales (y sus hijos
Francisco y Antonio), el viernes 20 de julio de 1810, aparentemente motivado por
el préstamo de un florero, desató los acontecimientos que culminaron en el
llamado "grito de independencia". Es por ello que se le conoce también
como la Casa del Florero.
La exposición permanente del museo está distribuida en 9 salas: Sala del
Florero, Sala del Acta, Sala de los Próceres, Sala de la Junta Suprema; Sala de
Bogotá, Sala de Antonio Nariño, Sala de las Heroínas, Sala Bolívar y
Santander y Oratorio.
Tomado del libro Directorio de Museo de Colombia - Red Nacional de Museos, 2003
Cuando el 20 de julio de 1810 un grupo de ciudadanos, encabezado por los señores
Morales, se presentaba a la casa de don José González Llorente a solicitar en
préstamo un florero para agasajar al comisario Regio, don Antonio
Villavicencio, muy lejos estaban de imaginar que el incidente que esta solicitud
provocaría, sería el episodio que daría origen a la independencia de la nación.
Aquella casa del siglo XVII, en cuyos bajos funcionaba el almacén del señor
González Llorente, quedó así marcada para la historia. En el año de 1960 con
la celebración del sesquicentenario fue declarada Monumento Nacional. Era el
lugar ideal para instalar allí un museo que configurara un testimonio de la
Independencia. La Casa del Florero o Casa Museo del 20 de Julio, a partir de ese
año de 1960 abre sus puertas al público. Situada al costado noroccidental de
la Plaza de Bolívar, vecina de la Catedral, con el Capitolio y la Alcaldía en
su horizonte, la Casa del Museo es el más valioso vestigio, en pleno corazón
de la ciudad, de la arquitectura de tradición hispano mudéjar, preservada hoy
para guardar los tesoros patrios. En la planta baja, dispuesto como núcleo y
como emblema, está la exhibición del famoso florero de Llorente. En torno a
este centro se van desplegando las diez salas, que enseñan, a través de los
objetos coleccionados, diversos aspectos relacionados todos con la
Independencia. Si las más antiguas obras pertenecen a la Expedición Botánica,
iniciada en 1783, es porque en aquella empresa se fue creando la conciencia de
una nacionalidad que empujó a un grupo de patriotas a las guerras de
Independencia. Este período histórico que recorre el movimiento
independentista se prolongó hasta 1886 cuando Colombia adquiere su carácter
republicano por medio de la Constitución de Núñez.
En la Sala de Símbolos Patrios se encuentra una copia del Acta de
Independencia, una partitura del Himno Nacional y una colección de las
Constituciones de Colombia.
Y luego están los espacios que reúnen elementos históricos auténticos y
significativos, relacionados todos con la vida y obra de los próceres. Retratos
al óleo, trajes, objetos de la vida cotidiana y doméstica, insignias
militares, armas, manuscritos, documentos, muebles y miniaturas, hacen parte de
este acervo que como reliquias patrias han sido cuidadosamente dispuestos para
recrear, como culto a los héroes, la gesta histórica. Cada sala constituye un
capítulo aparte de ese libro que es la historia de la Independencia.
La Sala del Libertador honra la memoria de Simón Bolívar. En la Sala Nariño
se encuentran objetos relacionados con el prócer y su familia. En la Sala
Camilo Torres-Francisco José de Caldas están algunos documentos y objetos que
pertenecieron a estos ilustres precursores. La Sala de los firmantes del Acta,
guarda los retratos de quienes valerosamente arriesgan su vida al estampar su
firma en el acta histórica. La Sala Francisco de Paula Santander, honra al
"Hombre de las leyes". Y otras salas: del periodismo, primeros
Mandatarios, Junta Suprema, Acta de la Independencia y heroínas, completan este
programa que gira en torno al hecho fundamental de la Independencia.
Tomado del libro: Museos de Bogotá - Texto de Enrique Pulecio Mariño
Villegas Editores, 1989