EN ESTA EDICIÓN:
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A MODO DE «EDITORIAL» (O DE ALGO ASÍ).
SUICÍDESE Y NO JODA TANTO.
CÚCUTA AVANZA EN COPA LIBERTADORES 2008
A PESAR DE LA COBARDE ENVIDIA.
¿QUÉ TIPO DE AMANTE PREFIERE? (2)
¿«QUE NO SOMOS IGUALES»?
PUES DIZQUE SÍ, SI SEPARADOS.
¿QUÉ TIPO DE AMANTE PREFIERE? (3)
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A MODO DE «EDITORIAL» (O DE ALGO ASÍ).
«Cuando la cabeza de tu vecino
veas cortar…»
En la campaña presidencial de 1990, el pueblo de Perú se deslumbró con el mesianismo de Alberto Fujimori, por lo cual en la segunda vuelta lo eligieron presidente para que acabara, como ofreció en su campaña, con la corrupta clase política enquistada en el Congreso, y para que los inundara «en santa paz», como ofreció en su campaña, exterminando el terrorismo de los grupos guerrilleros Túpac Amaru y Sendero Luminoso. Doce años después, el pueblo de Colombia se deslumbró con el mesianismo de Álvaro Uribe Vélez, por lo cual lo hicieron presidente en la primera vuelta electoral.
En su primera campaña presidencial, Álvaro Uribe Vélez emuló a Alberto Fujimori amenazando revocar el Congreso bicameral para reabrirlo unicameral, y ofreciendo exterminar el terrorismo de los grupos guerrilleros Ejército de Liberación Nacional y Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, pero no ofreció exterminar el de los grupos paramilitares, que son tan terroristas como aquéllos. Por el contrario: en su primer gobierno pretendió desmovilizar a los paracos con tal impunidad, que propuso una Ley de Alternatividad Penal, la cual, leída a contraluz, resultó ser, tan «Ley de Impunidad Penal», que el rechazo dentro y fuera del país lo forzó a sustituirla por la algo menos descarada de Justicia y Paz, que llaman.
Siendo gobernador de Antioquia en el trienio 1995-96-97, Álvaro Uribe Vélez implementó las siniestras Convivir, que fue la legalización regional de los paracos. Y siendo presidente, Alberto Fujimori implementó las Rondas, que también fueron milicias paramilitares para combatir extralegalmente a los grupos guerrilleros.
En 1992 Alberto Fujimori cerró el Congreso de Perú (se lo llamó «el Fujimorazo») y convocó una asamblea constituyente de amigotes que le hizo una Constitución sobre medidas para perpetuarse en el poder o, por menos, para mangonearlo tres quinquenios. Y por estos lares, la aplanadora de amigotes que Álvaro Uribe tiene en el Congreso reformó el «articulito» para que pudiera ser reelegido presidente. Y hace casi dos semanas, en una reunión con la susodicha aplanadora, Álvaro Uribe Vélez fungió como ventrílocuo y puso en boca de un muñeco de esos la propuesta de un «Fujimorazo» contra la Corte Suprema de Justicia: la que tiene, entre investigados, sindicados y «encanados», a medio centenar de los integrantes de la aplanadora uribista en el Congreso.
La Constitución sobre medidas que le hizo su combo de amigotes le permitió a Alberto Fujimori hacerse elegir por tercera vez presidente de Perú, y Álvaro Uribe Vélez sueña con que su combo de amigotes reformará el «articulito» nuevamente para hacerse elegir por tercera vez presidente de Colombia.
Sólo que la tercera posesión de Alberto Fujimori tuvo por «música de fondo» violentas protestas callejeras contra su perpetuación en el poder. Pero el comienzo de su fin sería su Rasputín, Vladimiro Montesinos, en razón de que apareció en un video comprando a un congresista opositor con un sustancioso fajo de billetes made in USA.
Y hace casi dos semanas, la ex congresista Yidis Medina públicamente confirmó lo que más de uno «sospechó desde el principio»: que el gobierno Uribe Vélez la compró con el ofrecimiento de puestos en la alta burocracia para ella y sus cofrades, en razón de que, sin su voto favorable al uribismo, en la Cámara de Representantes habría abortado la reforma del susodicho «articulito». Como habría abortado en el Senado, si simultáneamente Teodolindo Avendaño no es comprado.
Y si el develado delincuente Vladimiro Montesinos pretendió burlar a la justicia peruana solicitando asilo a Panamá, que le negaron, también el imputado primo hermano de «Alvarito», el ex senador Mario Uribe Escobar, pretendió burlar a la justicia colombiana solicitando asilo a Costa Rica, que también le fue negado.
En fin.
Son tantas las coincidencias en el origen y el trasiego entre los regímenes fascistoides de Álvaro Uribe Vélez y Alberto Fujimori, que «el suscrito» Director «pagaría por ver» —como dicen los tahúres en el cine— si también los desenlaces coinciden.
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Suicídese y no joda tanto
GUILLERMO CARRILLO BECERRA,
profesor Asociado emérito de la UFPS.
gecarril60@yahoo.es
Luego de muchos estudios relacionados con la conducta suicida, no se ha logrado establecer un patrón definido acerca de cuáles son las razones que llevan a un ser humano a atentar contra su existencia, cuando su más preciado valor es su propia vida. ¡Vaya paradoja! El suicidio afecta a ricos y pobres, sanos y enfermos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, homosexuales y heterosexuales, letrados e iletrados. Es un hecho que no es privativo de determinada condición. Esta autodestrucción se plasma en un acto demasiado complejo que se convierte, para algunos individuos, en la solución definitiva a todos sus problemas.
Dependiendo de cada cultura, el suicidio se califica como un crimen o un acto de valor. Para la religión católica y otros credos cristianos, el suicidio es una violación de la Ley de Dios en su quinto mandamiento (“No matarás”) y, por lo tanto, merecedor del infierno. Tanto es así, que hasta hace unos años los que se iban a “puro pelo” no eran sepultados en tierra santa sino en un pegujal, sin ninguna clase de ceremonia religiosa. Como es obvio, la familia, fuera de la pérdida del pariente, también era objeto de señalamiento social. En la Ley Mosaica era costumbre que la viuda se matara tras la muerte de su marido. Si fuera en la Colombia de hoy, de acuerdo con la reciente sentencia de una Alta Corte, la pensión de sobrevivencia le quedaría completa a la moza.
En Japón existen suicidios que se toman como expresiones de valor. Tal es el caso del harakiri, un rito en el que la persona se abre el vientre con un afilado cuchillo hasta causarse la muerte. Se da cuando alguien considera que le ha fallado a su patria, a la empresa donde labora, o a su familia. Es conocido que el mayor índice de suicidios de estudiantes, en todo el mundo, se da en la Universidad de Tokio, porque ser expulsado por bajo rendimiento académico, es una vergüenza imposible de soportar en este mundo.
Igualmente, los kamikazes son héroes para la cultura japonesa. Aparecieron durante la Segunda Guerra Mundial. Los pilotos de los aviones, saturados de explosivos, enfilaban la nave contra los barcos enemigos, procurando hacer el mayor daño posible. Hoy, este estilo de suicidio se ha transformado en un arma mortal de la política en algunos países árabes. Hasta hace algunos años, los monjes budistas se inmolaban con gasolina para protestar por diversos motivos.
Según el doctor Peter Hansen, famoso siquiatra danés, “para los seguidores de Freud, el suicidio toma como punto de ignición el estado melancólico del individuo, pues está asociado con estados depresivos donde las personas se catalogan como inútiles, detestables, sin sentido de vivir, deseando desaparecer del mundo: aquí se acumulan sentimientos de inferioridad que provocan la afluencia, en la conciencia del ser, de impulsos sádicos, reprimidos, tanto en sueños como en actos sintomáticos; hay violentos deseos de venganza y de impulsos animales, sentimientos de culpa. La base de todo esto radica en un componente de base sexual. Todo por la represión sufrida por el individuo en su yo sexual”. (¿Les quedó clarito, chamos tercermundistas?)
Digamos entonces que, ante tanta complejidad, lo mejor que se puede hacer, cuando algún ser cercano anda en ese trance de emprender el viaje sin retorno —por medios violentos—, y ya lo tiene a uno mamado de tanta quejumbre sobre los problemas de su vida personal, en ese caso lo primero que hay que hacer es tararearle el estribillo de José Alfredo Jiménez de que Estás que te vas, que te vas, que te vas, que te vas, que te vas (para el otro mundo)… y no te has ido, y después hay que darle unos cuantos consejitos que le servirán para que el viático no sea tan doloroso. Por ejemplo, estos:
El mejor día para emprender el vuelo del águila es el viernes, después de las 6 de la tarde, pues sus familiares y amigos no lo echarán de menos, ya que dirán que “ese debe andar zarandeando el catre con alguna guaricha y por eso está perdido”. Así dispone de más tiempo para hacer los respectivos preparativos, pero nada de redactar cartas con encabezados chimbos de “Señor juez: no se culpe a nadie…”. Deje que a sus allegados les quede algún sentimiento de culpa. No reparta bienes en vida ni haga testamento, así sus yernos lo recordarán siempre: “El viejo h.p. qué cagada la que nos dejó, cuando no avisó que tenía 4 hijos naturales”. No cancele las cuentas de trago que tiene pendientes en su bar favorito: así se desquita de toda la clavija que le dieron. Un mes antes del sacrificio gaste o despilfarre todo el dinero que pueda con sus amigotes; es decir, “echémonos la del estribo” y haga poner música de Javier Solís, como aquella canción que, en uno de sus apartes, habla de Porque sé que de este golpe ya no voy a levantarme. Cuente todos los chismes secretos que conoce sobre sus enemigos. Hable pestes de las viejas que le fingieron orgasmos. En fin, váyase con una sonrisa artística, pensando en el tierrero que deja armado. Eso sí es una despedida digna de recordar.
Navegando en la red, he encontrado miles de páginas que hablan de los distintos métodos para suicidarse. Adapto un par de ellos:
SALTO DE ALTURA
No tiene ningún costo monetario para el artista. Lo mejor es encontrar edificios con más de 10 pisos de altura y con fácil acceso a la terraza y, además, con una buena iluminación. Debe llegar con la debida anticipación para irse adaptando y explorando los diversos aspectos que le aseguren el éxito. Si sufre de vértigo, tómese un calmante; lleve agua y algún pastelillo, no sea que la sed o el hambre lo hagan desistir. Visualice muy bien “la pista de aterrizaje”, procurando caer en una zona dura como el asfalto, pues, a veces, un obstáculo como un árbol o un toldo le cortan la velocidad, y sucede lo indeseable: queda vivo pero paralítico.
Para no defraudar al público, hay que cuidar la calidad del espectáculo. Todo comienza cuando la persona se ubica en un sitio notorio; poco a poco los peatones se percatan de la situación y la multitud crece como espuma. Hacerlo en solitario no tiene ninguna gracia. Lo bueno es gozarse la angustia, la ansiedad y el morbo de los desgraciados que se pelean por la mejor platea. Se escuchan las sirenas de los bomberos. El ulular de las ambulancias pide paso sin cesar. Es el éxtasis, el clímax, llegó la hora. ¡Feliz viaje, mi cuate!
ARMA DE FUEGO
Es caro, pues un buen revólver vale una pequeña fortuna. Todo depende de la habilidad manual y de los fondos. El cañón del arma debe fijarse fuertemente sobre el parietal y haciendo ángulo; esto con el propósito de que la bala realice una trayectoria diagonal hacia el cerebro, haciendo la mayor cantidad de estragos. Si se es un novato en el uso de las armas, es mejor practicar antes con la ayuda de un experto; como es apenas natural, sin develar las intenciones macabras. El peor de los escenarios es pegarse un tiro en la cabeza y no morir, pues el fulano queda convertido en un ñoño, o sea, un tarado. Claro que los hay sin necesidad del arma.
Si el motivo del suicidio se debe a que la fiera y las fieritas le hacen la vida insoportable, use un Mágnum 44. Esta es un arma, tan poderosa, que le vuelve chicuca la cabeza a un caballo. El día de la función, enciérrese con llave en una habitación pequeña, cierre las ventanas y apague el televisor. El disparo se escuchará con los decibeles de un trueno. Los parientes parirán borugos limpiando los coágulos de sangre, recogiendo los pocos restos de cerebro que le quedaban y sacando las astillas óseas incrustadas en las paredes. Lo malo de este método es que no hay público. Nada de sicólogos. Nada de sirenas. Nada de candilejas. Y fuera de eso, caro.
OTROS
Venenos, corte de venas, ahorcamientos, electrocuciones. Son ordinarios y faltos de estilo. Es mejor irse al Más Allá con cierto caché.
(Cúcuta, abril de 2008)
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Cúcuta Deportivo avanza
en Copa Libertadores 2008
a pesar de la cobarde envidia
ALFREDO DÍAZ CALDERÓN, socio
honorario de la ACORD. Carnet N° 025.
Cúcuta Deportivo volvió a ser noticia en la Copa Libertadores de América, versión 2008: clasificó puntero del grupo 6, con 11 puntos, superando a Santos (de Brasil), Chivas de Guadalajara (de México) y San José de Oruro (de Bolivia).
Cúcuta inició esta campaña el miércoles 13 de febrero en nuestro Estadio General Santander, empatando con Santos, de Brasil, 0 por 0. Volvió a empatar como local 0 por 0 con San José de Oruro, el jueves 28 de febrero, y allí fue “Troya”: aparecieron nuevamente las “aves negras”. Las mismas que el año pasado trataron de impedir la presencia del equipo cucuteño en el fútbol internacional, con argumentos ridículos contra los jugadores, contra los directivos, contra los constructores del estadio y contra Centrales Eléctricas de Norte de Santander.
Decían esos agoreros que la Conmebol podría vetar nuestro estadio debido a su deficiente iluminación y al hecho de no cumplir, en aquellos días, con el requisito de la prueba de resistencia. Toda aquella alharaca fue derrotada de manera contundente por nuestra institución negra y roja, y por el pueblo cucuteño. Nuestro Doblemente Glorioso al final clasificó en tercer lugar en la Copa Libertadores 2007 y se ubicó entre los 30 mejores equipos del mundo, según el Escalafón-Fifa 2008.
En esta oportunidad el ataque de las “aves negras” se enfocó directamente contra el entrenador, Pedro Sarmiento. Se le cuestionó en forma descomedida y se creó entre la mayoría de nuestros hinchas una matriz de opinión, tan negativa contra el técnico, que su vida personal se vio tremendamente afectada. Pedro Sarmiento vivió en Cúcuta un inolvidable calvario durante casi un mes, entre febrero y marzo.
Pero el martes 11 de marzo, en el estadio de Guadalajara, Cúcuta Deportivo, con gol de Matías Urbano, derrotó 1 por 0 al Rebaño Sagrado de las Chivas, y empezó la resurrección del Doblemente Glorioso. El jueves 27 de marzo, en nuestro Estadio General Santander, nuevamente el Cúcuta derrotó 1 por 0 al Chivas, otra vez con gol de Matías Urbano.
Nuestro equipo, en ese momento con 8 puntos, era puntero del grupo 6 y únicamente necesitaba empatar el siguiente partido en Oruro para clasificar a octavos de final. Sin embargo, nuestros agoreros y sus creyentes criticaron el estilo defensivo del Cúcuta Deportivo. Pero el martes 8 de abril, en Bolivia, Cúcuta derrotó al San José 4 por 2, con tres goles de Matías Urbano y uno de Macnelly Torres, y clasificó puntero a octavos de final, faltándole un partido.
El miércoles 16 de abril nuestro equipo cerró en Brasil su extraordinaria campaña eliminatoria, cayendo 2 por 1 ante el Santos F. C., en un emocionante partido que mantuvo en suspenso a los 60.000 espectadores en el estadio y a millones de televidentes en el continente americano.
Cúcuta únicamente permitió 4 goles en su portería durante esta fase —en la cual nuestro joven portero toledano, Leandro Castellanos, mantuvo su arco invicto durante cuatro partidos y medio—, y anotó 7 goles: 5 de Matías Urbano, 1 de Macnelly Torres y 1 de Lin Carlos Henry.
Cúcuta clasificó puntero con 11 puntos y Santos, con 10, clasificó en segundo puesto. Eliminados: Chivas de Guadalajara, con 9 puntos, y San José de Oruro, con 4 puntos.
El Doblemente Glorioso quiere repetir, y hasta podría mejorar, lo realizado el año pasado en la Copa Libertadores. Pero las “aves negras” están activas y ojalá no tengan el suficiente poder mediático como para lograr la desestabilización de nuestro equipo Negri-Rojo.
(Cúcuta, 18 de abril del 2008.)
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¿Qué tipo de amante prefiere? (2)
RICARDO GARCÍA RAMÍREZ,
profesor Titular emérito de la UFPS.
cardingarcia@hotmail.com
En el artículo anterior expuse los pro y los contra que tienen una rica, una veterana, una casada y una viuda como mozas. En este haré lo mismo con otros 3 tipos de fufurufas.
LA COMPAÑERA DE TRABAJO
Lo bueno de este tipo de relación es que, durante la jornada de trabajo, ella está al alcance de él, por lo que se pueden escapar a un motel cercano a la hora del almuerzo. Y si la primera vez los entusiasmó “el polvo a las carreras”, seguramente en adelante se escaparán 2 ó 3 veces por semana.
Aunque no es conveniente que esa relación la conozcan el jefe y los compañeros de la empresa, no exageren: querer “despistar”, siendo usted con ella y ella con usted más indiferente o más distante que con el resto de la empresa, despertará curiosidad, que terminará en suposiciones.
Claro que como “entre cielo y tierra todo acaba por saberse”, cuando el amorío se descubra tendrá que convivir con los rumores. Aun si ella sólo se ha acostado con usted, querrán fastidiarlo con que lo ha hecho con todos los machos de la empresa y no faltará quién le invente a ella, como amante, alguna compañera de trabajo.
Es probable que cuando usted “le eche los perros” ella esté enamorada de usted, aunque sea un empleado como ella y no sea un “cari-bonito”. Es que si uno le da el mayor peso específico a una linda cara, unas voluminosas tetas y unas despampanantes posaderas, para ellas lo físico tiene un peso específico pequeño. En tal caso, la relación para usted es de sólo sexo pero para ella es de amor, por lo cual no la motiva su dinero, tenga poco o tenga mucho.
Y no cometa el error de ir con su mujer a una fiesta de la empresa, ni el de acabar la relación dejando a la guaricha emocionalmente maltratada. Recuerde todo lo mal que usted le habló del jefe e imagine lo que ocurrirá si ella, por despecho y por venganza, le cuenta todo al man.
LA AMIGA DE SU MUJER
Si esta tipa es moza suya, la posibilidad de que lo descubra su mujer es muy remota. Y eso que la tipa puede ir a su casa cuando quiera, incluso pasar la noche ahí, pues para eso es “amiga” de su esposa.
Esta relación es de sólo sexo. A la guaricha no la motiva el amor ni su dinero. Si es casada, el sexo será menos frecuente pero más intenso, porque llena los vacíos que sus cónyuges les dejan en la cama; y sobre todo, menos sospechará su mujer. En todo caso, sea casada o sea soltera esa “amiga” de su cónyuge, no tiene pierde este “mozazgo”.
Así, si una noche su mujer la invita a pernoctar y el otro día despunta frío, pese a lo cual su mujer se va temprano a la misa de la santa de la cual es muy devota, ¿usted, como “buen samaritano”, no saltará a la cama de la “amiga” a conjurar con “calor humano” un riesgo de hipotermia?
Claro que si es casada, no le dé papaya de sospechar a su marido, por muy “amigos” que sean usted y él, pues pondría al tanto de sus sospechas a su cónyuge y, si pelear con uno es arrecho, ¿qué será con dos… y celosos, para colmo?
LAS PARIENTES DE SU MUJER
Su mujer hasta se haría la toche si descubre que usted tiene un amorío con alguna “amiguita” de la empresa. ¿Pero se imagina el escándalo del putas que armará si descubre que usted “se lo está comiendo” con una de sus hermanas o con una de sus primas… o hasta con su mamá?
Si se casó muy tragado de su mujer, es candidato 1-A a enmozarse con una pariente de ella porque, como diría Perogrullo, “La traga es ciega” y, cuando después de la tal luna de miel ese “ángel” se le vuelva terrenal, descubrirá “de buenas a primeras” que la cara de su cuñada es muy linda mientras la de su mujer, “pocón-pocón”; o que la prima de ella tiene un trasero fenomenal mientras su mujer es culi-chupada; o que su suegra tiene unas tetas “respetables” mientras que su mujer… ¿pa’ qué brasier?
Pero, ojo: si se acuesta con su suegra, sea precavido que para eso está el condón, aunque ella diga que planifica con la píldora. Si la preña, será padre de una cuñada o un cuñado suyo, los hijos de usted y su mujer serán hermanos de un tío o una tía de ellos y, con el tiempo, usted será el nono de unos sobrinos de su cónyuge. Eso sí: cada vez que el ñongo-ñongo con su suegra sea “cara a cara” o “cara a entrepierna”, sea consciente de que está entrando algo suyo por donde una vez salió su cónyuge.
Claro que no siempre la iniciativa es del marido, pues a veces la pariente de la cónyuge es la interesada. Y el enmozamiento se da si él es capaz de descifrar los “mensajes cifrados” con que la pariente intenta atraerlo y seducirlo.
Por ejemplo: un día él se va temprano a casa sabiendo que nadie hay en ella, porque sus hijos están en el colegio y su mujer debe estar con la empleada en una diligencia impostergable y demorada. Sin embargo, al llegar detecta que alguien se está duchando en el baño de la alcoba y concluye que es la hermana o la prima de su cónyuge.
Si es medio güevón, se ocupará en algo y, cuando salga del baño esa mujer con una toalla cubriéndole el cabello y otra cubriéndole desde encima de las tetas hasta la mitad de esos muslos voluptuosos, la saludará con la mayor formalidad, pues no es la primera que se baña en esa casa. Pero si no es tan “caído del zarzo”, se preguntará por qué es la primera vez que se ducha, tanto no estando su mujer (que es hermana o prima de ella), como en el baño de la alcoba. Entonces concluirá que “Ese huevo quiere sal” y, como esa sal quiere güevo…
(CONTINUARÁ)
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FUENTE: El libro Manual para hombres infieles, de Marcelo Puglia (uruguayo). Editorial Vergara.
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¿«Que no somos iguales»?
Pues dizque sí, si separados
JAIRO CELY NIÑO, profesor de
la Facultad de Ingeniería de la UFPS.
jairocely@hotmail.com
Al concluir la guerra civil o guerra de Secesión de los Estados Unidos en 1865, comenzó lo que el presidente Abraham Lincoln había dejado planeado: la Reconstrucción; sobre todo, la del Sur.
Como el Congreso sometió a los antiguos «Estados Confederados» a gobiernos militares, durante ese período el gobierno federal fue capaz de proporcionarles a los esclavos liberados del Sur la protección de los derechos civiles que la decimocuarta Enmienda había prescrito. Pero en 1877 se suspendieron la Reconstrucción y el gobierno militar en los antiguos estados sublevados, tras lo cual sus gobiernos autóctonos comenzaron a impulsar leyes que segregaban a los negros de los blancos.
(La ortodoxia utiliza inapropiadamente «blanco», pero el adjetivo debe ser: «caucásico». Pues no existe una piel blanca, como la que simulan los rostros de los mimos tras maquillarse para actuar.)
Puesto que la decimocuarta Enmienda ordenó al Congreso garantizar su cumplimiento, en 1875 aquél dictó una ley de derechos civiles para proteger a los negros de la segregación promovida en el Sur por leyes estatales. La ley fue impugnada ante el Tribunal Supremo federal, y en 1883 éste sentenció que la decimocuarta Enmienda sólo obliga al gobierno federal y a los gobiernos estatales, por lo cual no protege a las personas contra la segregación que una entidad privada adopte en virtud de lo que una ley permita.
En 1890 el estado de Louisiana promulgó una ley ordenando vagones separados para los negros y los blancos en los trenes que circularan dentro de las fronteras del estado, especificando que los alojamientos debían ser «iguales».
Preocupados, algunos ciudadanos negros y blancos formaron una asociación en Nueva Orleans para buscar la derogación de dicha ley. Los casi 1.500 dólares recaudados entre ellos se los ofrecieron a un republicano radical, el abogado y escritor Albion Tourgée, para que los asistiera jurídicamente en ese empeño.
El 7 de junio de 1892 el negro Adolf Homer Plessy abordó el Ferrocarril Oriental de Louisiana y se instaló en un vagón destinado para blancos. Cuando fue conminado por un empleado de la empresa a trasladarse a un vagón destinado para negros se negó, por lo cual lo encarcelaron.
Ante una corte del estado, Homer Plessy argumentó que la empresa le había vulnerado sus derechos constitucionales consagrados en las decimotercera y decimocuarta enmiendas, y solicitó un mandamiento de prohibición contra la empresa. Pero el juez desestimó su argumentación y petición, dictaminando que a Louisiana le asiste el derecho a regular los ferrocarriles que operen dentro de las fronteras del estado.
Plessy apeló la decisión ante la Corte Suprema del estado, pero ésta confirmó la sentencia del juez John Howard Ferguson. Entonces Plessy apeló el dictamen del Tribunal Supremo de Louisiana ante el Tribunal Supremo federal.
EL CASO «PLESSY VERSUS FERGUSON»
Dos alegatos legales apoyando la impugnación de Homer Plessy fueron radicados en el Tribunal Supremo federal. El uno fue firmado por el mencionado Albion Tourgée y el abogado James Walker, y el otro fue firmado por el abogado Samuel Phillips y un socio suyo de bufete.
El Tribunal Supremo fijó la audiencia oral para el 13 de abril de 1896, y ese día comparecieron Albion Tourgée y Samuel Phillips para hablar en representación de Homer Plessy, quien, por sugerencia de ellos dos, no estuvo presente en dicha audiencia. El 18 de mayo de 1896 el Tribunal Supremo dictó su veredicto, que no pudo ser unánime.
Uno de sus jueces se inhibió de hacer parte del dictamen. De los restantes ocho jueces, siete se impusieron sobre el otro con un fallo que no sólo les reconoció autoridad a las legislaturas estatales para establecer la segregación racial en los vagones de los trenes, sino que también las facultó para extender tal discriminación a los inmuebles, independiente de si las instalaciones o establecimientos eran de propiedad pública o privada. Eso sí —puntualizó—: siempre y cuando a los segregados se los acomode en otro sitio «igual».
Pero ahí no se detuvo el Tribunal Supremo federal: también dictaminó que las leyes de segregación afectan a blancos y negros por igual, por lo cual no imponen un estigma de inferioridad a ninguna de las razas, y que, incluso, tales leyes pueden ser necesarias para promover la paz, garantizando el orden público.
El único de los restantes ocho jueces que disintió de tal dictamen fue John Marshall Harlan, en donde Marshall es segundo nombre y no apellido, por lo cual no se lo debe emparentar con John Marshall, aquel presidente del Tribunal Supremo federal que 93 años antes promovió el trascendental fallo de resolución del caso «Marbury versus Madison».
John Marshall Harlan había sido dueño de esclavos en Kentucky, de lo cual abjuró principalmente en razón de los desmanes del Ku Klux Klan contra los negros y se convirtió en prácticamente un cruzado de la defensa de los derechos civiles de quienes habían sido esclavos.
En la mordaz disidencia que escribió para ser anexada al fallo proferido por siete votos contra el suyo conceptuó que esa doctrina de Separados pero Iguales equivale a considerar que la Constitución se escribió con daltonismo, habida cuenta de que la esencia de los derechos civiles, contenida en el principio de que ante la ley todos los ciudadanos son iguales, el Tribunal Supremo la concibe como que la Constitución no reconoce o no tolera diferencias de color entre la gente; y menos, diferencias culturales o sociales.
Incluso anticipó que la complicidad del Tribunal con los estados, en su nefasta pretensión de someter a los afroestadounidenses a una situación de virtual esclavitud, un día sería considerada tan perniciosa y reprochable como el fallo que el Tribunal Supremo profirió en la revisión del caso «Dred Scott versus Sandford».
(Del caso «Dred Scott contra Sandford», de 1854, se ocupó el artículo El fallo más infame del Tribunal Supremo, escrito por el autor del presente artículo y publicado en la edición Nº 88 de Occidente Universitario.)
Con tal doctrina, pues, el Tribunal Supremo federal le otorgó «bendición constitucional» a las leyes que a los antiguos estados sublevados se les antojara promulgar para imponer o intensificar la segregación contra los negros, y sólo las formas más descaradas o aberrantes de discriminación racial alguna vez tuvieron una condena en la corte de algún juez liberal (o no racista).
Tal «patente de corso» propició que la segregación en los vagones de los trenes de Louisiana se generalizara en todo el Sur y se extendiera a los demás medios de transporte, a los restaurantes, a las baterías de servicios sanitarios, a las instalaciones de recreación o diversión… y a los establecimientos de educación primaria, secundaria y superior.
Pero, como «No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista», en 1954 —exactamente cien años después de que se profirió el infame fallo de revisión del caso «Dred Scott contra John Sandford»—, con la revisión del caso «Brown contra la Junta de Educación» la infame doctrina de separados pero iguales comenzaría a ser desmontada por el Tribunal Supremo.
(El presente artículo fue redactado con apoyo en varios documentos «bajados de Internet». El caso Brown contra la Junta de Educación será tema de otro artículo.)
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¿Qué tipo de amante prefiere? (3)
RICARDO GARCÍA RAMÍREZ,
profesor Titular emérito de la UFPS.
cardingarcia@hotmail.com
En los dos artículos anteriores describí los pro y los contra de 7 tipos de mozas, y en este haré lo mismo con otros 5 tipos. Con ello concluyo, tanto el tema general sobre las mozas, como este particular sobre algunos tipos de ellas.
LA VECINA
¿Quién, alguna vez, no se ha interesado por la vecina del mismo piso o de uno más arriba o más abajo, si se vive en edificio; o por la de al lado o la del frente, si se vive en una casa?
Lo bueno de tener una vecina como moza es que está “a tiro de fusil”, por lo que se puede “pasar por las armas” con sólo subir o bajar unos peldaños; o con sólo cruzar la calle, o con sólo caminar algunos metros sin bajarse del andén. Lo malo es que, por esa cercanía, se tiene “marcación en zona”, como dicen en el fútbol, pues ella sabe a qué hora sale de casa y regresa a ésta su vecino, e incluso sabe si la mujer de él es un ángel o un demonio. En todo caso, dicha relación será de mucho sexo; y por lo espontáneo, placentero.
Pero eso sí: si tiene por moza a una vecina, sea discreto para no producir suspicacia en los vecinos. Y sobre todo, evite el mínimo altercado con el portero del edificio o con el “guachimán” de la manzana, pues, por razones del oficio, todo se lo pillan y, si en relaciones armoniosas suelen ser discretos, por venganza el uno o el otro podría ser infidente con la cónyuge suya y el cónyuge de la vecina, si es casada.
LA SECRETARIA
Lo ideal, es que su secretaria sea sólo eso. Pero, si quiere de ella una ñapa, entonces: o es su moza, o es su confidente. Si la convierte en ambas vainas, ¿se imagina qué no sabrán “Raimundo y todo el mundo” de una mujer “tan informada” si, contra la voluntad de ella, usted decide romper la relación?
Si opta por la ñapa y ésta no es la de que sea su confidente, entonces tendrá por moza a una de estas “pe”:
A una paranoica, porque teme que, si no le jala a ser su moza, usted la pondrá de patitas en la calle. La relación con ella será de corta duración porque a usted lo aburrirá, tanto el sexo mecánico, como el sonsonete de ella de que esta vez tuvo un orgasmo más que en la anterior.
O a una posesiva, que le place ser su moza porque de usted se enamoró. Esta relación también será muy corta porque a usted lo aburrirá que ella quiera controlarlo y, sobre todo, la exigencia de que con ella haga rancho aparte, divorciándose antes de su esposa.
O a la pragmática, que le encanta ser su moza para disfrutar la atracción sexual mutua entre ustedes. La relación con ella es duradera porque, como moza, no la motiva ningún interés por su poder o su dinero; y porque, como secretaria, sufre Alzheimer selectivo, ya que al llegar a la oficina se le olvida el último gozonazo que tuvieron.
LA ROMÁNTICA MEDIEVAL
Es la que se enamora de un hombre como si éste hubiera sido el sapo que le pidió besarlo para romper el maleficio y convertirse en su “príncipe azul” exclusivo y vitalicio. Así que si usted recluta a esta tipa como moza, tendrá que llevar babero a cada cita porque las babas se le escurrirán con sólo verlo a usted, “la última Coca-Cola del desierto” para ella.
Ella le escribirá por semana más cartas de amor que las que usted le escribió en su infancia al Niño Dios pidiéndole juguetes, y en la cama no le parecerá que está con una amante sino con una devota entregándose sumisamente en cuerpo y alma al santo que tiene por abogado en el cielo.
Y como es lógico, esta moza es posesiva y, lo peor, exclusivista. No sólo querrá decidir hasta qué tipo de pantaloncillos tiene que comprar, sino que le exigirá ser la única en su vida, por lo cual le estará pidiendo o implorando, y hasta llorando arrodillada, que se sacuda de su mujer y de sus hijos para hacer con ella una “reingeniería” conyugal.
Así que si no desea un acoso epistolar de declaraciones amorosas, que podría pillarse su mujer, no reclute a esta empalagosa como moza, a menos que usted sea masoquista.
LA EMPLEADA DOMÉSTICA
Esta infidelidad es tan remota, que se remonta a cuando se inventó la modalidad de las “sirvientas”, como las llaman las “legítimas”, de pronto sin saber que es peyorativo. Y es que, aun si la empleada no es un monumento a la belleza, siempre tendrá un atractivo anatómico que por las noches convertirá en sonámbulo al “patrón”.
Es rara la empleada que le exige “prestaciones sexuales” en moneda a su “patrón”. Pues, como también les apetece lo que sabemos allá donde sabemos, ¿quién mejor para saciar las ganas que un “patrón” a quien la “patrona” le da tan mala vida, de lo cual ella es testigo de excepción?
Y también es raro que le cuente a la “patrona” que “el gallo del corral le está arrastrando el ala”. Es más: hasta chicanea con las colegas del entorno que su “patrón” es mejor machucante que el de ellas. Por eso, debe ser más que un chiste el que contó una concursante en Sábados Felices:
Que al mes y medio de estar trabajando en una casa, la empleada le dijo a la “patrona” que se iba porque en esa casa eran incumplidos. La doña le pregunta: “¿Acaso no le pagamos cumplidamente el sueldo?”. Y la criada, refiriéndose a una calcomanía religiosa, le responde: “Allá en la pieza, en vez de un crucifijo o un santo o una virgen, pusieron un letrero que dice: El Señor estará contigo todas los días. Y en mes y medio sólo fue a mi pieza un par de noches.
LA PROSTITUTA
Es el tipo de infidelidad más antiguo, al cual se recurre para hacer con otra mujer lo que la “propia” no permite; en el 99% de los casos, porque ella considera inmorales ciertos “platos”; y en el resto de las veces, por falta de diálogo entre cónyuges o “compañeros permanentes”.
Ella es una puta para él y éste, un cliente para ella. Aunque la busca por la monotonía en que cayó su matrimonio, ella no será una confidente porque a la puta le urge que su cliente “lo eche rapidito”, pues hay otros clientes potenciales y otras putas con el ojo puesto en ellos.
En este tipo de relación ella cobra por proporcionar placer sexual y él, paga por recibirlo. Así que en cada “servicio” estrene puta. Repetir guaricha porque lo hizo “ver el cielo” lo puede inducir a querer satisfacerla, con el consecuente riesgo de enamorarse de la tipa. Y el peor: el de ser correspondido, pues, como ser humano, ella también tiene necesidad de sentir placer sexual y ser amada.
Lógicamente que, por razón de inexperiencia, el más expuesto a estos riesgos es un adolescente. Por eso ha ocurrido que un chamo ha sonsacado de esa vida a una prostituta y ha formado un hogar con ella, para un día descubrir que no hay mujer más moralista que una puta redimida.
En todo caso, para este tipo de infidelidad, la consigna 1-A debe ser la de la televisión hace algunos años: “Sin condón, ni pío”. Pues su mujer no tiene por qué pagar las consecuencias de sus actos, aunque el “retrecherismo” de ella sea el que lo lleve a buscar placer sexual en una prostituta.n
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FUENTE: El libro Manual para hombres infieles, de Marcelo Puglia (uruguayo). Editorial Vergara.
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