En esta época de "carreritas de San Juan" y de las cosas 'relámpago", podría iniciarse con buen éxito la reforma del lenguaje, modernizándolo y haciéndolo más práctico y lógico. Porque es preciso convenir, aquí en el "secreto de la familia", que este castellano que nos trajeron los conquistadores, junto con otras cosas más o menos detestables, está hecho una lástima de morfologismos absurdos.
Ahí lo tienen ustedes! 'Morfología": lo que trata sobre la forma. ¿Por qué no se dice Formología"?
De "simil", semejante, se forma "disimil" o sea lo contrario, distinto, de semejante. ¿Por qué, entonces, no hacemos de "fácil", "difácil" y nos evitamos la "difaciltad" (sería lo correcto) de cambiar letras sin ton ni son?
De "amor" viene el adjetivo "amoroso"; de "calor", "caloroso" y de "pavor", "pavoroso". Por qué, pues, derivar de terror esa tremenda palabra "terrorífico", cuando la indicada es "terroroso"? ¡Vaya a saberlo cualquiera!
De "prudente" hacemos "imprudente", de "clemente", "inclemente", etc.; ¿por qué no decir entonces "impresente" y no ese "ausente' tan desajustado, é "insapiente" en lugar de "insipiente", que trueca la a por i, perdiendo en volumen, sonoridad y lógíca? ¡Miren ustedes 241 ese "inepto" por "inapto" y ese "cobarde" en cambio de "invaliente" que se desgaja sólo de maduro o natural!!
En cuanto a acentuación no andan mejor las cosas.
Para muestra, un botón: lo que no se ha dicho es inédito", esdrújulo; pero lo que no se ha oído es "inaudito", grave. Hay que arreglar eso. O se dice "inedito" o nos pronunciamos por "ináudito". No hay remedio.
Veamos lo que ocurre con la raíz que significa "pie". A lo que cuenta con dos pies —o "patas", que también vale---- se le llama "bípedo"; y si tiene cuatro, "cuadrúpedo". Pero si apenas se queda con tres, ya no es "trípedo" sino "trípode". ¿La razón? En el misterio.
Por no extendernos demasiado callamos lo que se nos ocurre respecto al alfabeto. Estamos de acuerdo, sí, con aquel señor Carulla, nada menos que académico de la Lengua, quien propuso, en memorable sesión de aquel augusto cuerpo la eliminación absoluta de las letras h, q, z, v, k, w, x y II. Y si no extendió sus impulsos detructivos al resto de los signos alfabéticos, fue porque él entendióse a señas, resultaba una miaja inconveniente para las trasmisiones radiofónicas y telegráficas!.
cucutanuestra@gmail.com