Este barrio fue hasta mediados del siglo XX un importante centro de producción agrícola para la región. El auge del bolívar en los 70 dio paso a un fuerte intercambio comercial que benefició a este sector y de allí surgieron los "maleteros", pero a que la crisis económica los tiene con los brazos caídos.
El corregimiento El Escobal pertenece al municipio San Luis, hasta que pasó a ser barrio de Cúcuta.
Los primeros habitantes, aprovechando el río, construyeron caños para riego de los sembrados.
La vida era campestre y tranquila y las casas construidas, en su mayoría, en adobe; aún quedan algunas de aquella época. Por entonces, la economía giraba en torno a la agricultura y a la pesca.
Las calles que fueron abriendo los vecinos, tenían grandes piedras y el paso de los vehículos se hacía tortuoso, hasta que a mediados de los 50 se mejoraron.
Cuando los niños terminaban de estudiar en escuelas, se iban a bañar al río, porque para ese entonces "era muy limpio", hasta el agua para consumo humano era extraída de esa corriente natural.
Un profundo sentimiento religioso imperó entre los primeros habitantes y con la ayuda de los vecinos construyeron el templo en honor a San Judas Tadeo patrono y cuya fiesta celebran el 28 de octubre.
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