Mr. Jhons, un inglés "a grande barbe", fue el varón que condujo la primera locomotora que entró a Cúcuta, procedente del Puerto Villamizar, en el año de 1888.
Este dato, no confirmado, lo sometemos a respeto de la compañía de ferrocarril, pues valdría la pena saber con exactitud quien-si fue dicho inglés o no-nos trajo el primer convoy ferroviario desde la orilla del entonces caudaloso Zulia.
Adán Ricardo Jordán, como alcalde de esta rica y noble villa, quien transformó el árido y caliente desierto de la plaza "Colón", en el bello parque de La Victoria. El mismo dinámico señor Jordán, con sus propias manos, plantaba los árboles, lo regaba, portaba y cuidaba, con celo casi paternal, logrando en menos de dos años el bello resultado de contemplamos y de que disfrutamos hoy.
Y fueron don Andrés B. Fernández y muy modestamente él que esto narra, quienes fomentamos la construcción de la corona y estatua que se eleva en el centro de este hermoso parque, obra del maestro Crisanto Ramírez y Olinto Marcucci, respectivamente.
El paseo de la circunvalación se debe a don Braulio Jiménez V., quien durante el tiempo en que desempeñó la alcaldía lo ideó y llevó a cabo "contra viento y marea", briosa y eficazmente secundado por el general José Agustín Berti.
El primer gobernador del departamento de Cúcuta (gracias al general Rafael Reyes) en 1908, fue el doctor Francisco Solórzano, aunque, mientras éste llegaba a la ciudad, se encargó de la gobernación el general Andrés Quintero.
El doctor Solórzano trabajo, como secretario privado Arturo González, y designó su personal subalterno así: tercera sesión de gobierno, don Oscar Pérez de.; de la sesión de hacienda, don Braulio Jiménez V.; presidente de la primera línea, Andrés Q.. Ángulo y Pedro R.. Garnica, y de la segunda, Rafael Guerrero y Carlos L.. Jácome;archivos. Don Manuel Becerra Q. Posteriormente vino don José J. Fernández A. a la dirección de instrucción pública.
El primer presupuesto del departamento fue de $52.000 para el año.
El alumbrado eléctrico en las locomotoras, coches y tranvías fue instalado por el doctor Emilio Gaitán Martín, como ingeniero del ferrocarril de Cúcuta.
Hasta entonces las máquinas, trenes y tranvías se alumbraban apunta del nada perfumado kerosene!.
La primera máquina de cortar el pelo la introdujo a la ciudad un barbero de apellido Rodríguez, quien la encargó por conducto de don Otto Jurgensen , gerente entonces de la botica Alemana. Dato no confirmado dicen que el mismo señor Jurgensen fue quien trajo la primera máquina de coser.
En el año 1827 vino Cúcuta la primera compañía de teatro, a raíz del terremoto. Era la "Miguel de Carmona" y trabajó en un local situado al costado de la que más tarde fue la Estación Cúcuta, hacia el norte. Pocos meses después llegó la compañía Fuentesal borde a la en, la cual dio sus funciónes en el patio de un café muy bien montado, de propiedad el francés Monsieur Casta, café que ocupaba lo que ahora es habitación de don Francisco Cogollo y su distinguía familia en la calle novena entre avenidas séptima y octava.
El primer difunto conducido al cementerio en coche fúnebre, fue don Rubén Cárdenas Z., muerto trágicamente en el caserío de "Los Vados".
En 1898 exhibieron los señores general J.. A. Berti y don Enrique Hoffman, el primer cine conocido el Cúcuta. Lo llamaban "Kinetoscopio" o "vista del movimiento" y la película era una corta escena de la vida diaria, como el herrero que colocará herraduras a un caballo; o un niño jugando al volante, etc. El Kinetoscopio causó gran sensación y junto con él trabajaron la "linterna mágica" (vista fría) una bailarinas evolucionaban sobre grandes bolas de madera. Después vino del "biógrafo Lumière" y en 1912 se estableció el cine continuo en el teatro Guzmán.
El primer colegio establecido después del terremoto, lo fundó en el caserío de "La Vega", la señorita Enriqueta Ferrero. Llevaba el nombre de "colegió de la Misericordia" y durante el tiempo de sus breves tareas gozó de merecida fama.
Fueron Trinidad Ferrero, hermano de la nombrada antes, quien inició la colecta pública para la construcción de la capilla de San Antonio. Ha ésta se le dio ese nombre, por quedar, como la anterior, antes del terremoto, en el barrio del santo y por promesa a éste se le hizo para que intensificará las donaciones.
Antes del terremoto era costumbre, aún en las casas de familia pudientes, cuando se obsequiaba al visitante con tabaco, que una de las criadas trajera en un plato y con su respectiva cuchara una brasas de candela, para que El obsequiado encendiera el puro.
Lo primero fósforos introducidos a la ciudad en 1873, más o menos, eran de origen sueco; pero pronto se fundó en Ocaña una fábrica, cuyos productos, si bien podían encenderse como las cerillas, en cualquier parte, eran tan "cabezones", que el chisporroteo y el humo azulado que despedían, constituía serio peligro para la ropa y la salud. Sin embargo se vendían bastante.
El primer vehículo de ruedas de que se tenga noticia en Cúcuta, lo trajo domingo Díaz. Era una especie de ómnibus al que llamaban "la ambulancia" y circuló por las calles Pre-terremoto. Después de la catástrofe trabajo el padre de don Julio Angulo una "cabra" en la que paseaba los domingos con su señora.
El primer zapatero que abrió un taller de consideración en la ciudad, después de 1875, fue "el maestro Nariño".
El primer sastre de tono, por la misma época, don Domingo Hernández. A éste había que encargar de los "Fluxes" de semana Santa, con 6 meses de anticipación.
Algunos años después del terremoto fundaron aquí una nueva fábrica de loza los señores don Idelfonso Bellozo, Wilfrido Arocha y Melitón Angulo Heredia. Obtuvieron productos muy buenos, con la cooperación de un experto español, de apellido Manzano, y donde hallaron el mejor caolín, para el objeto fue el del cerro de Tasajero.
Las guerras siguientes hicieron fracasar la empresa.
Don Simón Meléndez M., apreciable caballero venezolano-cucuteño , quedó encerrado entre las trincheras en el sitio de Cúcuta, en el año 1900. A los pocos días solicitó permiso y lo obtuvo para salirse del cerco. Pero menos de una semana después, volvió solicitar permiso y de nuevo lo consiguió para regresar al campo atrincherado, porque no se amañó afuera.
Creemos que en toda la historia del mundo, don Simón es el único hombre que ha tenido tal gracia, de los dos bandos en guerra!
El primer muerto por accidente de tránsito automoviliario a los alrededores de Cúcuta, fue el estimado coterráneo don Carlos Arocha. Y lo siguió, pocos meses después, don Francisco Blanco, natural de Pamplona.
Dos iniciales víctimas de nuestro progreso vial.
Cuando llegó a Cúcuta, en 1829, el ejército del general Rafael Uribe Uribe, muchos de los oficiales, casi todo jóvenes procedentes de lo más granado de la sociedad bogotana y el interior del país en general cayeron vencidos por la temible "fiebre amarilla". Se salvaron otros y no pocos porque doña Dolores Valderrama de Gandica., la bellísima dama conservadora, convirtió su casa de habitación en hospital y ella misma se hizo enfermera y con su pericia y sus cuidados maternales, disputó a la muerte esos valientes muchachos. Rendimos este modesto pero cordial homenaje, a la memoria de aquella Santa y abnegada matrona.
La primera bicicleta introducida Cúcuta, lo fue por don Augusto Duplat, para recreo de sus hijos. Se componía el endemoniado aparato de una altísima rueda delantera, directamente accionada por los pedales, y de otra muy pequeña atrás. El "jinete" tenía que buscar taburete, como lo hacía ante la dama para montar a caballo, pero en cambio - sabia ley de la compensación, se baja a velozmente , despedido por "la orejas" del feroz artefacto!
El primer paciente del Hospital Erasmo Meoz fue el señor Ricardo Luengas.
cucutanuestra@gmail.com