PRECURSORES Y PERSONAJES DE NUESTRA INDEPENDENCIA / fernandoVII



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fernandoVII

BIOGRAF�A

(El Escorial, Espa�a, 1784-Madrid, 1833) Rey de Espa�a (1808-1833). Hijo de Carlos IV y Mar�a Luisa de Parma, fue el �ltimo monarca absolutista de Espa�a. Educado e influido por el can�nigo Juan de Escoiquiz, fue inducido por �ste a intrigar contra sus padres y, sobre todo, contra Manuel de Godoy, primer ministro y favorito de la reina. El fuerte ascendiente del preceptor sobre el pr�ncipe qued� mitigado tras el matrimonio de Fernando, en 1802, con Mar�a Antonia de N�poles, aunque a la muerte de �sta, cuatro a�os m�s tarde, Escoiquiz recuper� toda su influencia. El descubrimiento de las negociaciones secretas del cl�rigo con Napole�n para casar a Fernando con una princesa de la familia Bonaparte motivaron el proceso de El Escorial y la humillaci�n p�blica del pr�ncipe, quien fue obligado a pedir perd�n a sus padres en 1808. El pueblo interpret� que Fernando era v�ctima del poder de Godoy y ello cre� el clima que propici� meses m�s tarde el mot�n de Aranjuez. A ra�z de esta revuelta se produjeron la ca�da de Godoy y la abdicaci�n de Carlos IV en favor del pr�ncipe de Asturias, quien accedi� al trono con el nombre de Fernando VII. Por esas mismas fechas, el ej�rcito de Napole�n penetraba en Espa�a, y el rey march� confiado al encuentro con el emperador en Bayona, acompa�ado de Escoiquiz, su hermano Carlos y su t�o Antonio, entre otros. Sin embargo, una vez all�, Napole�n oblig� a Fernando a restituir la Corona a Carlos IV, quien a su vez la cedi� a Jos� Bonaparte, mientras Fernando y sus allegados quedaban confinados en el palacio de Valen�ay. Todos estos hechos tuvieron una honda repercusi�n en Espa�a y en los dominios espa�oles de Am�rica. En la primera comenz� la guerra de Independencia y se proclam� la Constituci�n liberal de 1812, mientras que en los segundos se desencaden� el proceso que concluir�a con la emancipaci�n de las colonias en poco m�s de una d�cada. En 1813, Napole�n firm� la paz con Fernando VII y lo dej� en libertad. De regreso en Espa�a, con el apoyo del general El�o y un grupo de diputados absolutistas, autores del �Manifiesto de los Persas�, Fernando VII derog� la Constituci�n, restaur� el absolutismo e inici� una implacable represi�n de los liberales. Mientras la situaci�n econ�mica era cada d�a m�s cr�tica y los esfuerzos por mantener las posesiones ultramarinas se hac�an cada vez m�s dif�ciles, los perseguidos liberales intentaron sin �xito varios pronunciamientos de signo constitucional, hasta que, en enero de 1820, Riego y otros oficiales se alzaron en Cabezas de San Juan al frente de las tropas destinadas a sofocar la rebeli�n americana y obligaron al rey a acatar la Constituci�n de 1812. Tras algunas intentonas fallidas, el monarca pidi� ayuda a la Santa Alianza y �sta envi� al duque de Angulema al frente de la expedici�n de los Cien Mil Hijos de San Luis, que penetr� en Espa�a y restituy� el absolutismo en 1823. Comenz� entonces la �d�cada ominosa�, caracterizada por la sangrienta persecuci�n de los liberales. Al tiempo que reprim�a a �stos, el rey quiso distanciarse de los absolutistas m�s radicales, agrupados en torno a su hermano Carlos, quien aspiraba a sucederle. En este sentido, rechaz� el restablecimiento de la Inquisici�n y el empleo de los voluntarios realistas como fuerza armada, orden� la formaci�n de un cuerpo de polic�a y reorganiz� el ej�rcito. En 1829 contrajo cuartas nupcias con Mar�a Cristina de N�poles, y al a�o siguiente promulg� la Pragm�tica Sanci�n que derogaba la Ley S�lica y permit�a el acceso de una mujer al trono espa�ol. De este modo, su hija Isabel se convirti� en heredera de la Corona en detrimento del aspirante, el pr�ncipe Carlos, hermano del rey, circunstancia que a�os despu�s dar�a lugar a las guerras carlistas, al comenzar las conspiraciones de Carlos y sus partidarios, apoyados por los sectores tradicionalistas y la Iglesia. Enfermo de gravedad el soberano en 1832, su esposa asumi� la regencia e inici� con su aprobaci�n una apertura del r�gimen, con un acercamiento a los liberales.