PRECURSORES Y PERSONAJES DE NUESTRA INDEPENDENCIA / antonio_caballero_y_gongora2
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Arzobispo de Santaf� de Bogot� y virrey de la Nueva Granada (Villa de Priego, Espa�a, mayo 24 de 1723 C�rdoba, marzo 24 de 1796). La trayectoria pol�tica del arzobispo-virrey Antonio Pascual de San Pedro de Alc�ntara Caballero y G�ngora, caballero Gran. Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, en el Nuevo Reino de Granada, resulta altamente pol�mica debido en gran parte al papel que desempe�� para neutralizar el movimiento de los Comuneros de 1781, como negociador de las Capitulaciones con los amotinados. En 1744, Caballero y G�ngora se gradu� como licenciado en Teolog�a, en la Universidad de Granada; el 19 de septiembre de 1750 recibi� la sagrada orden del presbiterado, y en noviembre del mismo a�o obtuvo el cargo de capell�n real de la capilla de los Reyes Cat�licos de Granada. Durante 22 a�os, desde 1753, se desempe�� como can�nigo lectoral de la catedral de C�rdoba, y en 1755 fue electo obispo de la ciudad de Chiapa, M�xico. Ese mismo a�o fue promovido a la di�cesis de M�rida de Yucat�n, tambi�n en M�xico, de la cual tom� posesi�n en 1756. Durante los dos a�os que all� estuvo, hizo restaurar el Colegio de San Pedro y eximi� a los curas p�rrocos de la contribuci�n que se les exig�a para el adorno y arreglo del palacio episcopal. A su llegada a Am�rica, Caballero y G�ngora pose�a un cuantioso capital y resulta evidente su afici�n por la lectura, el arte y la numism�tica, si nos atenemos al inventario de los bienes que llev� a Chiapa: 38 cajas de libros; ricos ornamentos, c�lices y vajillas; obras de Murillo, Vel�zquez, Brueghel, Tiziano, y Rubens; y cientos de monedas, muchas de ellas procedentes de la antigua Roma, formaban parte de los objetos inventariados, algunos de los cuales quedaron posteriormente formando parte del patrimonio del arzobispado de Santaf�. En 1777, cuando ya pertenec�a al Consejo del rey, Caballero y G�ngora fue propuesto por Carlos III como arzobispo de Santaf� de Bogot�, cargo en el que fue confirmado por el Papa. El 5 de marzo de 1779 el arzobispo hizo su ingreso en la capital neogranadina. A1 a�o siguiente, dirigi� una carta al rey inform�ndolo sobre las excesivas cargas con que eran gravados los granadinos, originadas, en gran parte, por los m�ritos que recib�an en la Corte los funcionarios que obten�an mayores ingresos para el erario real, problema que gener� el descontento expresado un a�o despu�s por los Comuneros. En diciembre de 1780 el arzobispo inici� una visita pastoral, que incluy� varios pueblos de las provincias de Santaf�, Tunja y Mariquita, entre otras; pero la gira tuvo que ser suspendida, al enterarse el dignatario de las protestas que se presentaron a mediados de marzo de 1781 en el Socorro contra las nuevas cargas fiscales. Una vez en Bogot�, el arzobispo procedi� a ordenar oraciones p�blicas y a escribir a los curas y sacerdotes de su di�cesis para que mantuvieran subordinados a sus feligreses, mediante pl�ticas y amonestaciones. Entre tanto, la situaci�n del gobierno se hac�a cada vez m�s cr�tica, debido a que carec�a de medios para hacer frente a los insurrectos. El 12 de mayo de 1781, cuando el regente visitador Juan Francisco Guti�rrez de Pi�eres, quien en ese momento encabezaba la Audiencia, estudiaba la conveniencia de su permanencia en la capital, al enterarse de la derrota de las tropas virreinales, se recibi� la propuesta de Caballero y G�ngora de participar en una comisi�n que saliera al encuentro de los rebeldes para aplacarlos y restaurar la paz. La iniciativa fue aceptada, con lo cual el arzobispo tom�, en la pr�ctica, el control de las acciones gubernamentales, en un momento en el cual se vislumbraba una situaci�n de vac�o de poder. Al d�a siguiente sali� hacia Zipaquir� la comisi�n encabezada por el arzobispo, la cual, despu�s de repetidas negociaciones, lleg� al acuerdo que se plasm� en las Capitulaciones, aprobadas el 7 de junio de 1781. El 28 de ese mes, el prelado sali� hacia el Socorro para iniciar una gira pastoral, que dur� alrededor de un a�o y que tuvo como fin continuar apaciguando los �nimos de la poblaci�n. Concluida �sta, a principios de mayo de 1782, el arzobispo se dirigi� a Honda para recibir al nuevo virrey, Juan de Torrezal D�az Pimienta, a quien inform� sobre la situaci�n. Pocos d�as despu�s el virrey falleci� y Caballero qued� encargado de la administraci�n virreinal. El ahora arzobispo-virrey inici� su gesti�n promulgando, el 6 de julio de 1782, el indulto concedido por el rey a los comprometidos en la sublevaci�n. Restaurado el orden colonial, el mandatario debi� hacer frente a la epidemia de viruela que afect� al Nuevo Reino en 1782 y 1783. Hizo que Jos� Celestino Mutis preparara una instrucci�n general, dirigida a quienes voluntariamente se acogieran a la pr�ctica de la inoculaci�n, que mostr� ser efectiva. Igualmente, adelant� intensas gestiones para reorganizar la jurisdicci�n eclesi�stica y fortalecer la acci�n de las misiones entre las comunidades ind�genas que a�n no hab�an sido completamente sometidas al yugo espa�ol. Para asegurar la protecci�n del reino contra incursiones extranjeras que trataran de penetrar por la Guayana, comision� a Antonio de la Torre para que recorriera el territorio y examinara los parajes donde conven�a establecer poblaciones. Tambi�n patrocin� sus viajes por el corregimiento de Pasca, donde se identificaron �rboles de quina de muy buena calidad. Bajo su mandato, los proyectos cient�ficos de Jos� Celestino Mutis, quien se convirti� en su confesor, recibieron una amplia acogida. Logr� que se autorizara su iniciativa de emprender la que se conoci� con el nombre de Expedici�n Bot�nica, y que Mutis fuera nombrado para dirigirla. Tambi�n aprob� Caballero la propuesta de Mutis de traer mineralogistas, lo que tuvo como resultado la llegada al reino de Juan Jos� D'Elhuyar y Angel D�az, en 1784, quienes aplicaron nuevos m�todos de explotaci�n y beneficio de minerales preciosos. As� mismo, introdujo modificaciones en los planes de estudios universitarios, a fin de fortalecer la ense�anza de las ciencias exactas. Otra gesti�n de su gobierno que cabe destacar, fue la comisi�n dada al oidor Juan Antonio Mon y Velarde para adelantar una visita a la provincia de Antioquia, durante la cual se introdujeron importantes reformas econ�micas y administrativas. En octubre de 1784, Caballero y G�ngora viaj� a Cartagena para dirigir las acciones de sometimiento de los ind�genas del Dari�n, proceso que logr� concretar en julio de 1787. En enero de 1789, recibi� en Cartagena a Francisco Gil y Lemos, su sucesor en la direcci�n del virreinato, y en abril viaj� a Espa�a a ocupar la silla episcopal de C�rdoba, para la que hab�a sido nombrado en 1788. D�as antes de su muerte, en 1796, el rey pidi� al Papa el capelo cardenalicio para Caballero [Ver tomo l, Historia, pp. 156158].
MARTA HERRERA �NGEL
Bibliograf�a
CABALLERO Y GONGORA, ANTONIO. "Relaci�n del estado del Nuevo Reino de Granada, a�o de 1789". En: GERMAN COLMENARES (Comp.). Relaciones e informes de los gobernantes de la Nueva Granada, 3 Vols. Bogot�, Banco Popular, 1989. P�REZ AYALA, JOS� MANUEL. Antonio Caballero y G�ngora, virrey y arzobispo de Santaf�. Bogot�, Ediciones del Concejo de Bogot�, 1951. RESTREPO SAENZ JOS� MAR�A. Biograf�as de mandatarios y ministros de la Real Audiencia (1671 a 1819). Bogot�, Academia Colombiana de Historia, 1952.